El día 3 de agosto de 1944, en Aielo de Malferit, una pequeña población cerca de Valencia, nació Luis Manuel Ferri Llopis, futura figura del pop hispano. Su familia se trasladó a Valencia cuando él apenas contaba tres años. Se instalaron en el número 31 de la calle Visitación, paralela a la calle Sagunto. Su padre, llamado también Luis Manuel, se trasladó a la capital buscando nuevas oportunidades en su empleo como vendedor de seguros.
Debido a la pobreza de su familia, Luis Manuel no pudo terminar sus estudios, y tuvo que elegir entre trabajar de aprendiz de joyero o ayudar a su madre en la pequeña tienda de comestibles que poseía. Así que, con 15 años, Luis empieza a trabajar en la joyería de un viejo vasco, cercana al Jardín Botánico de Valencia. Pero esto no supone una separación de la canción, pues todos sus ratos libres los dedica a su afición: cantar. En compañía de Vicente y más amigos organizan rondallas y tunas, donde él es el que más impacta al público. Al cumplir los dieciséis años, Nino queda entusiasmado por una canción del cantante chileno Antonio Prieto: “La novia”. Quiere montarla con su conjunto, pero los guitarristas no saben dar bien los tonos y la canción no da los resultados con que Luis Manuel soñaba.
Se podría decir que el debut del futuro Nino Bravo fue en las fallas de Valencia, en un parador, donde interpretó maravillosamente un “Only you” que nadie ha podido igualar. En este tiempo, alguien le ofrece grabar un disco, pero él se niega alegando que si su banda al completo no aparece en el disco, no graba, así que rechaza esta primera oportunidad.
Pasan dos años, y al ganar “Los Hispánicos”, el grupo de Nino Bravo, un concurso llamado “Fiesta de España”, se dan cuenta de que con un par de guitarras no van a ninguna parte; se convierten en el quinteto “Los Superson”. Vicente hacía a la vez de bajista y coros, así como manager del grupo junto a los hermanos Juezas, Pepe y Vicente, guitarrista solista y teclados, respectivamente, y Salvador Pelejero como batería. Luis Manuel deja la joyería y emprenden algunas giras. El verano lo pasa en la localidad de Benidorm, apasionando al público femenino con su cálida y sensual voz. En este año, 1964, es llamado a prestar el servicio militar en la marina de Cartagena. En esta época se hundió moralmente, e incluso llegó a escribir una carta a Vicente diciendo que “lo he pensado muy bien y esto de la música moderna, a pesar del dinero que ahorramos y de las fans, no es suficiente: yo nunca seré como Domenico Modugno, no cantaré más”. Vicente comprende que estas líneas son un efecto secundario de la soledad y depresión del servicio militar. Lo que Luis Manuel necesitaba era una buena oportunidad…
En marzo de 1969, se propone a Nino hacer su presentación oficial en el teatro Principal para impresionar más a Fonogram, que se celebró el día 16 de ese mes. Los nervios iban en aumento, dando los últimos ensayos al repertorio. Hacia las diez, la calle de las Barcas era un río de gente que se agolpaba a las puertas del teatro. Cuando se alzó el telón, los aplausos del público eran un clamor a los sones de la potente orquesta. Con traje impecablemente blanco y zapatos a tono, Nino conquistó al público desde la primera canción. Aunque todos los gastos de la presentación tuvieron que costearlos ellos mismos, el éxito fue tal que al día siguiente toda Valencia comentaba la actuación. La gente arrancaba los carteles que anunciaban la efeméride como recuerdo de aquel acontecimiento que sólo unos cientos tuvieron el privilegio de presenciar.
Después de ello, Nino Bravo firma el contrato más ventajoso de su vida. Aparte de un alto porcentaje de royalties solo comparado con Raphael, Nino cobraría gastos de desplazamiento y estancia mientras grababa o hacía promoción mas 5000 pesetas por canción grabada.
En 1969, el dúo formado por Nino Bravo y el compositor Manuel Alejandro se estrenó con las grabaciones “Como todos” y “Es el viento“, y presentó en 1970 “No debo pensar en ti” al Festival de Barcelona, aunque no tienen muy buena acogida. Las relaciones entre Nino y Manuel Alejandro se enfrían, aunque esto no supone una ruptura. El cantante recibió muy buenos consejos por parte del compositor; Nino comenzó a crearse una propia personalidad y a vestir de otra manera.
En este mismo año, también participa en otros dos festivales de la canción: en el de Atenas canta “El adiós” y en el de Río de Janeiro “Elizabeth”, escrita por el Dúo Dinámico, que 25 años después pudo volver a colaborar con Nino en el disco “Duetos 2″.
En otoño de 1970 participa en Pasaporte a Dublín, un programa de televisión dirigido por el entonces desconocido Valerio Lazarov, que permite aparecer a Nino Bravo, durante diez semanas consecutivas, en todos los televisores de España. Pasaporte a Dublín era un programa en el que cada semana se practicaba un estilo diferente de canción. En todas las emisiones, el protagonista era un artista, y los demás debían interpretar su estilo de canción. Era la selección para el Festival de Eurovisión´71. Nino queda en segunda posición, siendo Karina la elegida.
En 1971 visita Latinoamérica como promoción de sus discos, haciendo parada obligatoria en la práctica totalidad de países: Colombia, Argentina, Venezuela… en donde es eufóricamente recibido y cosecha grandes éxitos.
Su llegada a Argentina fue sensacionalmente clamorosa. La anécdota de este viaje hubo de suceder en Bogotá. Nino Bravo fue detenido en Colombia por culpa de una ley que obligaba a todos los artistas extranjeros a dar un concierto gratis en La Media Torta. El problema era que no sólo se obligaba a Nino a realizar la actuación, sino que debía pagar toda una orquesta, lo que suponía una importante pérdida económica. El asunto quedó zanjado al pagar la multa impuesta por el gobierno colombiano. Dejando a un lado el incidente, Nino obtuvo un gran éxito en Sudamérica, tanto en sus actuaciones televisivas como en las galas que ofreció en el hotel Tequendama.
“La gira ha durado 55 días. En todo en la vida hay que cosechar, y para cosechar hay que primero sembrar… Los tres viajes que hice anteriormente fueron promocionales. Este viaje ha sido estupendo, porque a Nino Bravo ya lo conocían en la mayor parte de sitios y estaban esperando verle”.
Este mismo año también graba su segundo LP, que en su edición de vinilo carecía de título pero que en su digitalización fue rebautizado como “Puerta de amor”, primer tema que aparece en el trabajo.
Amparo. La segunda hija de Nino, Eva, nunca llegó a conocerle. En este año inicia una nueva gira por Latinoamérica, propiciada por la gran aceptación de sus grabaciones al otro lado del Atlántico, al tiempo que continúa con sus actuaciones en España.
“Mi última canción, Noelia, en Argentina, cuando yo me fui estaba número uno, en Chile también, en Venezuela también, en Colombia también…” confirmó Nino en una entrevista a su llegada a España.
Es en noviembre de este mismo año cuando decide presentarse al Festival de Río de Janeiro por segunda vez, en el que actúa tras el artista más abucheado. Nino Bravo defiende “Mi tierra” como nunca antes lo había hecho, llega hasta la final, empata a puntos con David Clayton Thomas y… un “tongo” en la decisión del jurado le arrebata el premio. Al haber empatado con el representante americano, el juez americano que debía desempatar tendría que haber otorgado el premio a Nino al estar prohibido votar al representante de su propio país. La injusticia hizo mella en Nino Bravo, que juraría no volver a participar en ningún festival.
Pero sus andanzas por este año no acaban aquí, pues todavía tiene tiempo de editar su último disco en vida, “Mi tierra”, que contiene el éxito “Libre”. Aunque Nino Bravo no tuvo ninguna intención política al grabar esta canción, durante su gira por Latinoamérica le fue prohibido cantarla en países gobernados por dictaduras militares. Y es que cada cual entiende las canciones a su manera…
Sin saberlo, el catorce de marzo de 1973, en la fiesta fallera de Valencia, Nino obsequió a los valencianos con una última y apoteósica actuación desde un parador como agradecimiento a su amabilidad y fidelidad durante su carrera musical.
Acababa de firmar otro contrato por cinco años con la casa Polydor, cuando el trágico día 16 de abril de 1973, un accidente automovilístico arrebataba a Nino a la canción hispana, y se lo entregaba a la inmortalidad por medio de su sentimental voz. Nino Bravo perecía a consecuencia de un accidente en una autopista llegando a Madrid, en el término de Villarrubio, cuando acudía a la capital para trabajar en el disco del Dúo Humo, conjunto valenciano que también viajaba en el automóvil. Habían transcurrido tres años desde su primera y su última grabación y en ellos había conseguido una intensa colección de éxitos.
Nino Bravo quiso potenciar el talento valenciano, y eso hizo promocionando al Dúo Humo. Esta relación surgió de una manera espontánea y altruista, por parte de Nino. Deseaba hacer lo que nadie había hecho por él y para ello no escatimó ningún tipo de gastos: el mejor fotógrafo, la mejor boutique, el mejor arreglista, el mejor estudio…
El gran compositor José Luis Armenteros dijo en una ocasión: “Vi a Nino por última vez en Barcelona cuando le entregaron su también último trofeo, el Olé de la Canción”. Tras esto, Nino Bravo se iría a descansar a Canarias y realizaría su apoteósica actuación en el Parador ‘73 de las fallas valencianas, en el que interpretó el himno valenciano con la ayuda del público presente.
Dentro de los proyectos de Nino Bravo estaban los de realizar una gira por Latinoamérica a mediados de junio de ese año. También quiso crear una gran sala de conciertos llamada Julio Verne donde poder dar oportunidades a los grupos valencianos. Él creía que en Valencia había suficiente talento e iniciativa como para alcanzar el éxito nacional e internacional. Este proyecto no consiguió llevarlo a cabo, pero lo que sí ha conseguido es que los grupos valencianos le reconozcan ese esfuerzo, porque son muchos los que le han dedicado sus canciones, como por ejemplo el grupo Seguridad Social. Su cantante, José Manuel Casany, dice: “Como todos los valencianos, hemos crecido a base de paella y Nino Bravo; teníamos esa espinita de que no le habíamos hecho ninguna versión, y decidimos grabar Un beso y una flor“.
Otro de los proyectos que Nino Bravo tenía en mente era el de realizar un disco de larga duración dedicado a América, tierra de la que contínuamente decía que era “el futuro del mundo”. Este último deseo lo cumplió, porque justo antes de morir dejó diez temas grabados que se recopilaron en un LP titulado “… Y vol. 5″, que contenía el éxito “América, América“. Este trabajo resultó ser un homenaje póstumo, pues todas las canciones fueron grabadas a modo de ensayo. “América, América” fue lanzado al mercado después de su muerte, y consiguió un gran éxito en ventas. Antes de que este disco viera la luz en las tiendas discográficas, Fonogram ya había recibido 60.000 pedidos. En este disco se incluía el único tema en el que Nino participó como compositor. En un principio se lo quiso dedicar a su esposa, pero finalmente la letra fue cambiada para dar una bella y armoniosa canción, “Vivir”.
Después de su muerte, la casa discográfica sacó al mercado numerosas recopila- ciones de sus grandes éxitos, una de ellas “La voz de Nino Bravo”. Este disco se llevó a cabo con su voz e incorporando un sonido instrumental totalmente renovado, con arreglos del conocido Luis Cobos. Años más tarde tendrían lugar la edición de los famosos duetos, en los que podríamos escuchar a cantantes actuales (Francisco, Paloma San Basilio, Mocedades, Sergio Dalma, Dúo Dinámico, Raphael…) cantando a dúo con el gran Nino Bravo, más de veinte años después de su muerte..
Año tras año, la tumba de Nino Bravo sigue rebosando de flores como tributo al gran cantante que tan prematuramente nos abandonó. Los homenajes se suceden, los tributos son inevitables, y es que todo es poco para honrar la memoria del mayor cantante que dio la música hispana. Nino Bravo aún vive: en el corazón de miles y miles de personas que le recuerdan y admiran cada día.
PAGINA WEB: http://www.ninobravo.net
VIDEOS DE NINO BRAVO:
Al partir un beso y una flor
Libre
Puerta del amor
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